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Las paredes de piedra tienen una gran personalidad y, principalmente en interiores, brinda una textura y una calidez muy únicas, que queda bien con cualquier estilo. Muchas veces se asocia la piedra con las decoraciones rústica, pero lo cierto que es tantas formas y colores de piedra que cada estilo seguramente tenga en la piedra su textura ideal.
La piedra se adapta, entonces, a interiores rústicos y también a modernos y vanguardistas, en lugares cálidos y sofisticados.
Dicho esto, y suponiendo que ya nos decidimos a amar nuestra pared de piedra, queda la cuestión de mantenerla y, por qué no, cada tanto renovarla. En ese sentido, una de las opciones más importantes es la de pintar la pared, lo cual es sencillo o, mejor dicho, familiar cuando se trata de paredes lisas, pero ¿cómo pintar una pared de piedra? En este libro de ideas, todas las respuestas.
Lo primero que necesitamos es elegir el color y la pintura adecuado. El tipo ideal de la pintura sería de látex para la primera capa. Las pinturas de látex vienen en varios colores. Lo mejor de las pinturas de látex es su resistencia a la intemperie. Funciona perfectamente en interiores y al aire libre sin ser excesivamente afectada por la humedad, la lluvia o los veranos o inviernos intensos. La pintura de látex es también más gruesa y le dará un aspecto más natural a nuestra pared.
Luego debemos elegir el color. Pero antes de eso, debemos preguntar si nos gustan las piedras grises o nos gustan las piedras de colores. Una pared de piedra gris es más versátil y puede adaptarse a cualquier tipo de estilo, mientras que una pared de color negro, por ejemplo, nos deja experimentar con el blanco y negro. La combinación ideal sería un gris medio o marrón para la capa base, de color marrón oscuro o gris oscuro para las sombras y un gris claro o marrón claro para el color principal.
Usemos nuestras manos y nuestros ojos agudos y certeros para revisar la superficie a pintar. Esto es, básicamente, para luego preparar la superficie. Para empezar, limpiemos la grasa de la parte superior de las rocas con un cepillo y trisódico de fosfato. Luego enjuagamos la pared con agua tibia y la limpiamos.
Importante: debemos asegurarnos de limpiar el óxido en la piedra para darle a la superficie un aspecto limpio, y para eliminar cualquier irregularidad que puedan dificultar la pulcritud del trabajo de pintura. Para eso, debemos comprar una solución de limpieza para limpiar el óxido sobre la superficie. Podemos utilizar un ácido suave… eso sí: con mucho cuidado. Mojamos la pared de fondo primero hasta que ya no puede absorber más agua, y luego aplicar la solución para obtener los mejores resultados. Lavamos con agua tibia y limpiamos en pocos minutos.
El siguiente paso es sellar las grietas y obtener una superficie relativamente lisa para trabajar. Recordemos limpiar bien la superficie y luego utilizar cemento blanco para llenar los vacíos y grietas. También es una buena idea usar una cinta adhesiva ancha para preparar los bordes de techo y otros rincones, especialmente los irregulares.
En esta etapa, lo primero es tener lista una mezcla de pintura y un par de pinceles chicos. Luego abrimos una lata del color de la base y pintamos la superficie de la pared. Luego, cuando esté seca, pintamos con la pintura a base de látex. Esta pintura se puede aplicar con un rodillo de espuma, que se deben mover de forma ascendente y descendente. Recordemos siempre para pintar correctamente en los bordes y grietas para que quede perfecto.
Una vez realizada la capa de base, utilizaremos el rodillo y la brocha para aplicar la pintura. La pintura de una pared de piedra puede ser una actividad divertida que nos dejará con una pared hermosa y radiante. Sólo recordemos reflexionar sobre la elección de colores y disfrutar de la satisfacción de un muro de piedra bien pintado y bien acabado.
