Hasta que llegó la luz eléctrica, no había muchas alternativas: por la noche, los ambientes se iluminaban con velas o candiles, y hasta ahí llegaban las opciones.
Pero desde que los geniales Nikola Tesla y Thomas Alva Edison investigaron y realizaron creaciones sobre la corriente eléctrica y la bombilla, el mundo cambió. Hoy hay luces de toda clase: bombillas incandescentes, tubos fluorescentes, dicroicas, de bajo consumo, las modernas LED, etc.
La iluminación de un ambiente tiene que tener dos premisas claras: distinguir si la luz tendrá una utilidad concreta o será meramente decorativa, y la elección del tipo de lámpara debe adaptarse a la decoración del ambiente. Además de la elegancia o belleza que busquemos impregnar al ambiente, también cabe saber qué luces nos permitirán un menor consumo de energía sin dejar de lado el estilo.