Baños integrados: cuando el espacio manda

María Bausán María Bausán
Una Residencia Minimalista y Moderna con una gran Piscina, DUE Architecture & Design DUE Architecture & Design Baños modernos
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Imprescindibles, los baños son una de las partes fundamentales de nuestro hogar. Sin embargo, en hogares pequeños nadie quiere dedicarle demasiado espacio a los cuartos de baño

Pero como no podemos borrarles del plano así como así, cuando el espacio manda (o más bien la falta de espacio), es importante tirar de imaginación y creatividad. 

Proponemos algunas ideas para integrar los baños en habitaciones principales. Soluciones a la falta de espacio que no pasarán desapercibidas.

Un muro de separación

En este proyecto de DUE Architecture & Design, un muro separa la zona del baño del resto de la estancia. El baño está a su vez dividido en dos partes por una puerta corredera, separando la bañera, la ducha y el lavabo del resto de sanitarios.

Cuestión de baldosas

En esta habitación, el baño pretende invadir la habitación, pero solo lo consigue a través de sus baldosas, que marcan donde comienza y donde acaba el mismo. Sin embargo, no se han tocado las paredes, lo que obliga a que la parte del lavabo quede fuera del espacio destinado al cuarto de baño. 

Una manera original de ampliar un baño pequeño, e integrarlo en el dormitorio de una manera práctica y cómoda. 

Aprovechando todos los rincones

En las casas no hay espacios muertos, todo cuenta y todo puede ser útil. En esta fotografía vemos un gran ejemplo de ello. Jugando con las alturas y aprovechando este espacio, en principio no tan práctico, se ha creado un original cuarto de baño, donde el toque rústico de las vigas de madera, contrasta con las escaleras de mármol y los sanitarios de línea moderna.

Puerta corredera

homify Baños eclécticos

La puerta corredera es siempre una buena solución para la falta de espacio. En este baño, unas puertas de cristal permiten la intimidad necesaria en un baño. Solo el tocador se ha integrado en el dormitorio, dejando la bañera y los sanitarios aparte. El uso de distintos suelos marca también la diferencia incluso cuando la puerta está abierta.

Si no puedes con el enemigo…

Ya lo dice el refrán: si no puedes con el enemigo, únete a él. Y si no podemos tener un espacio de baño propio y no nos queda otra que integrarlo en las habitaciones, lo mejor que podemos hacer es convertir el baño en una lugar acogedor, que casi parezca un dormitorio. 

En este ejemplo se ha elegido una lámpara de diseño naranja, que bien podría presidir un comedor, un cuadro que se sale de su marco para invadir las paredes, y un lavabo que bien parece una mesa de comedor. El resultado: una bañera en la que a más de uno, le dan ganas de dormirse una siesta.

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