Dos vidas, un espacio: experimentos

Marisa Alcore Marisa Alcore
PISO SALVA46, Miel Arquitectos Miel Arquitectos Cocinas modernas: Ideas, imágenes y decoración
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Quién piense que la arquitectura solo construye edificios, planifica ciudades o diseña paisajes se equivoca. No es solo eso: la arquitectura influye en la manera de habitar de las personas, condicionando los estilos de vida de la gente.

Miel arquitectos es uno de esos estudios que reflexionan sobre la existencia, o mejor dicho la coexistencia. PISO SALVA46, el proyecto que os presentamos hoy, surge de esto: de la investigación sobre la coexistencia flexible. Este apartamento en Barcelona experimenta con dos vidas independiente que cohabitan un mismo espacio: fluidez y movimiento versus privacidad y estabilidad. 

PISO SALVA46 no es un apartamento más en Barcelona, es un experimento sobre micro-espacios compartidos. El programa del inmueble es muy claro: dos estudios independientes conectados por una zona común de convivencia. Este espacio de relación se encuentra en posición central, acogiendo los usos de acceso, cocina y comedor. 

La vivienda en cuestión es una pieza entre medianeras con vistas a dos calles paralelas. Su geometría permitió que cada estudio se situara en un extremo, teniendo iluminación y vistas propias. Ambos espacios de uso independiente incrporan su propio baño, de manera que corriendo unas puertas correderas macizas, cada inquilino puede encerrarse en su propio mundo. 

La gran altura de la vivienda permitió que los dormitorios tomaran usos diferentes construyendo altillos como sales polivalentes que levitan sobre las cabezas creando visuales cruzadas a cualquier punto del espacio.

El estilo de ambos estudios sacan el máximo provecho de la luz natural: espacios blancos donde que reflejan en sus superficies los rayos que reciben. El resto de materiales crean un contraste acogedor: mosaicos hidráuliso recuperados y reutilizados, parquet industral en algunos tramos de pavimento y un muestrario de muebles de Ikea que crean una atmósfera muy escandinava

Aunque ambos estudios comparten una vida, se ha conseguido crear un equilibrio de privacidades permitiendo que ambas células se cierren en sí mismas sin impedir que la luz natural atraviese hasta el espacio central: el punto de unión de ambas vidas. Durante la noche, sin embargo, cada espacio puede independizarse acuústicamente: cada uno en su casa y Dios en la de todos

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