Hay cubiertas para todos los gustos: de brezo, caña, vegetales, tela,
cristal, toldo, policarbonato y metacrilato. Incluso, se pueden hacer
cubiertas con lamas orientables. Todo lo necesario para disfrutar los
365 días del año.
Una de nuestras cubiertas favoritas son las vegetales porque las plantas no solo protegen del sol sino que refrescan el ambiente y lo perfuman con su agradable aroma (y si plantamos un jazminero, ya ni te cuento).
Otra de las ventajas que ofrece esta solución es que, en invierno, las plantas tienen muchas menos hojas, y dejan pasar mucho más sol que en verano. Si además hacemos crecer plantas por los laterales, estas nos ofrecerán protección para el sol de la tarde y filtrarán y refrescarán el aire también.