En base a una estructura metálica lo más liviana y delgada posible, este quincho acompaña al mundo de la piscina señalando espacios de estar, comer, cocinar o dormir, sin delimitar físicamente los lugares.

Las cubiertas de bambú son las únicas fachadas del proyecto. De noche, son los principales reflectores de luz, evitando así focos puntuales en los lugares de estar, a cambio de una sola luz ambiental.

Coordinado con la estética del bambú, un gran deck de roble conecta los tres principales lugares del proyecto: el quincho a un extremo, la piscina al centro y una pequeña cubierta que cierra el otro extremo del conjunto.

El resto de los volúmenes y mesones de hormigón mantienen un papel secundario gracias al color negro.