Esta casa, originalmente pequeña, se remodeló con fragancias románticas italianas inspiradas en la región Toscana. La intervención consistió en demoler la aburrida barda que existía y reemplazarla por un magnífico portal arquitectónico con 3 portones de herrería forjada, techos inclinados con tejas, y elementos emblemáticos: un pináculo y un óculo. Pasando dicho portal, ingresa uno en un patio, donde se ubica la cochera. Desde ahí encontramos el acceso peatonal, que se distingue por un arco de medio punto y robustos elementos. En el interior se amplió la sala y se redecoró. También se reubicó la cocina a la parte de atrás de la casa, ya que no tenía ventanas ni vista y ahora goza de un hermoso desayunador con acceso a una terraza cubierta, que es la transición entre interior y exterior. En el jardín se encuentra una nueva piscina con forma orgánica que se construyó.