El arte moderno es una definición tan amplia que resulta difícil de explicar. Usualmente se interpreta como la corriente artística perteneciente a una cierta etapa cronológica, situada en algún momento del Siglo XX. El problema con una delimitación meramente cronológica es que no es exacta y el arte moderno no puede supeditarse a una era, porque es más bien una actitud. La dificultad de entender realmente qué es el movimiento modernista y un montón de generalizaciones que a veces aciertan y a veces se equivocan, no ayuda en general a aprender a apreciar los cuadros modernos en toda su extensión. Para aquellas personas muy tradicionales o puristas, el arte moderno es una especie de estafa, ya que ven cuadros modernos y piensan que cualquiera sería capaz de dibujar un par de líneas en un lienzo y enmarcarlas. Por otro lado cuando se conoce un poco más de la sustancia de este movimiento, se empieza a entender la motivación detrás de los cuadros modernos e inevitablemente empezaremos a apreciarlos de otra manera. Siempre habrá artistas que nos gusten más que otros, lo mismo ocurre con el arte académico, pero una visión más amplia nunca ha perjudicado a nadie y los cuadros modernos pueden ser una adición a nuestros espacios que nos llenen de placer cada vez que los veamos.
Cuadros modernos versus cuadros académicos
Se llama arte académico a la corriente artística más tradicional, en oposición al arte moderno. El arte académico parte de la necesidad de imitar fielmente a la naturaleza y por ser mucho más fácil de identificar y entender tiende a ser más atractivo para aquellos que aprecian el arte como algo más estético y menos ideológico. Por el contrario el arte moderno se orienta y se alimenta de la experimentación y una enorme necesidad de romper los límites y crear cosas nuevas. Cuando entendemos su motivación subyacente, los cuadros modernos cobran una nueva profundidad y nos permiten ver cosas que antes permanecían ocultas ante nuestros ojos inexpertos. Los cuadros modernos buscan la creación como un fin en sí mismo, porque no sienten la necesidad de imitar fielmente las escenas de la vida o la naturaleza. Es el último acto creador: sacar la abstracción de la idea y convertirla en algo concreto que otros puedan ver. De esta forma los cuadros modernos tienen una forma de hablarnos a cada uno de nosotros que pulsa distinta cuerdas, ya que cada uno los percibirá de una madera distinta. Los cuadros modernos no suelen ser figurativos, a diferencia de los cuadros académicos.
El origen de los cuadros modernos
El siglo pasado y sus muchos avances tecnológicos trajeron consigo cambios en todos los aspectos e la vida del hombre. Con la llegada de aparatos como cámaras fotográficas en sus versiones más tempranas, la necesidad de que los artistas plasmaran con total realismo aquello que los rodeaba se hizo menos urgente y esto se reflejó en el arte. Los cuadros modernos tienen una libertad que no tienen los cuadros académicos porque al existir otras formas de reproducir con total fidelidad a la humanidad y a la naturaleza, la experimentación cobró protagonismo y los artistas se sintieron libres de plasmar en el lienzo cualquier idea que estimulara su fantasía. El arte moderno tiene un origen eminentemente europeo, por más que se ha extendido por todo el mundo. El turbulento siglo XX trajo consigo nuevas definiciones políticas además de progreso y muchos sangrientos enfrentamientos bélicos. Las distintas vertientes políticas e ideológicas encontraron en el arte una forma velada de hacer propaganda y el arte moderno no escapó a estas interpretaciones políticas que nada tenían que ver con la manifestación artística en sí. Por otro lado, el arte moderno y todas sus manifestaciones fueron blanco de mucho rechazo, no solamente entre el público en general, sino también entre los propios artistas, que veían a los cuadros modernos como degeneraciones del arte. Ciertamente el movimiento modernista ha sido muy manoseado y castigado, como suele suceder con las novedades en etapas de la humanidad en las que el hombre se resiste a los cambios. Afortunadamente los tiempos cambian y en nuestros días el cambio pasó a ser la constante y buscamos incansablemente lo último que salió al mercado.
¿Cómo interpretar los cuadros modernos?
Con los cuadros modernos ocurre que muchas veces hay mucho más de lo que se ve a simple vista. Para empezar por algún lado vale la pena explorar en internet imágenes de distintos pintores y una vez que nos vayamos familiarizando con los que más nos gustan acercarnos a museos y galerías especializados en cuadros modernos. Es muy importante para apreciar los cuadros modernos en toda su magnitud, leer las reseñas de las galerías y la explicación de los propios artistas de dónde provino su inspiración para tal o cual pieza. De esta forma empezaremos a ver más allá de la razón de ser estética del cuadro moderno en cuestión y pasaremos a percibir todas las corrientes subterráneas. Cuanto más arte moderno consumamos, más fácil nos será desarrollar un criterio y un gusto personal que nos ayudará muchísimo a la hora de pensar en comprar cuadros modernos para nuestra casa, que pueden ser el complemento perfecto para cualquier tipo de estilo arquitectónico o decorativo. Los cuadros modernos van bien con todo, no debemos creer que solamente quedarán bien en ambientes de líneas modernas. Una vez que hayamos entendido la enorme libertad y las grandes posibilidades que trae consigo la experimentación, seguramente la aplicaremos en otras muchas instancias de nuestras vidas, artísticas o no.
Los cuadros modernos y las últimas tendencias
Si bien existe una etapa post-modernista en el arte, que consiste en reinterpretar, más que en experimentar, el arte moderno está lejos de haber muerto, ya que encarna un espíritu, más que una serie de técnicas que pueden pasar o no de moda. Con esto en mente, artistas emergentes están dándole rienda suelta a su imaginación y a su capacidad para experimentar y han creado cuadros modernos que ya podríamos llamar más bien “instalaciones” ya que han incorporado la tecnología como complemento al arte y de esta forma han creado piezas que constituyen toda una experiencia multi-sensorial. La imaginación que los nuevos artistas están plasmando en los cuadros modernos no tiene límites. Es así como podemos encontrar cuadros modernos que proyectan imágenes, que tienen iluminación propia, movimiento e incluso sonido y olores. Con la tecnología al servicio de la parte estética ha sido posible crear piezas de una originalidad nunca antes vista y esto recién empieza.
Valernos de internet para encontrar cuadros modernos
Internet y muy especialmente las redes sociales son lugares maravillosos para seguir, conocer y estar al tanto de las nuevas tendencias. Los artistas hoy en día tienen la posibilidad de interactuar con sus seguidores de una forma que nunca tuvieron artistas en el pasado y de esta forma quienes los seguimos podemos enterarnos de primera mano la historia de cada muestra y de cada cuadro moderno. De esta forma y poniendo en práctica todo lo anterior, aprenderemos a apreciar un movimiento artístico realmente fascinante, libre e innovador y nos sacudiremos esos paradigmas negativos propios de gente no muy curiosa y un tanto ignorante, que cree que los cuadros modernos son dos rayas paralelas en un lienzo blanco.